viernes, 12 de diciembre de 2014

DETERMINACIÓN DEL VALOR HEMATOCRITO MEDIANTE EL MICROMÉTODO 20-21/11/2014

Material necesario

·        Tubos capilares de vidrio de 7 a 7,5 cm de longitud y 1mm de diámetro interno. No están graduados y son desechables.
Si la muestra es sangre capilar, éstos han de estar heparinizados tienen una franja roja en uno de sus extremos.
·        Plastilina.
·        Algodón o gasas.
·        Una centrifuga de microhematocrito. Ésta consta de una especie de plato horizontal con unos surcos para colocar los capilares, y permite aplicar una fuerza centrifuga de 12.000 a 15.000 g durante un tiempo controlado automáticamente.
·        Una regla milimetrada o un lector de micro hematocrito.

Reactivos
Imágen by:
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  • EDTA tripotásico dispuesto en tubos.

Muestra

  • Sangre capilar o venosa. Esta última debe ser recogida en tubos con EDTA tripotásico.
Si se utiliza sangre capilar, se ha de desechar la primera gota obtenida tras la punción. Si se emplea sangre venosa, se deberá homogeneizar perfectamente antes de su uso.

Técnica

  1. La determinación ha de hacerse por duplicado.
  2. Llenar cada tubo capilar con la sangre, hasta las ¾ partes de su longitud. El llenado se efectúa por capilaridad y se realiza poniendo en contacto uno de los extremos del tubo capilar con la gota de sangre, o introduciéndolo en el tubo de sangre e inclinando éste, posteriormente, para facilitar el proceso.
  3. Limpiar el exterior de cada tubo con un trozo de algodón o con una gasa.
  4. Sellar el extremo de cada tubo por el que ha entrado la sangre con plastilina. Para ello, se hae penetrar el tubo en la plastilina, o incluso se atraviesa ésta con aquél.
  5. Colocar, debidamente equilibrados, los tubos en la centrífuga. En ella los tubos se sitúan con su extremo tapado hacia fuera, ajustados al borde exterior y adecuadamente encajados en sus surcos.
  6. Centrifugar los tubos a unas 12.00 g durante 5 minutos.

Lectura de resultados

Puede realizarse de 2 maneras:
  • Midiendo las columnas formadas en el interior de cada tubo con una simple regla milimetrada y calculando, seguidamente, el porcentaje que le corresponde a la columna de eritrocitos, mediante una sencilla regla de tres.
Entre los valores obtenidos con los dos tubos no debe haber una diferencia superior al  2% del mayor de ellos. Si esta diferencia es superior al 2%, se repite la determinación, y si es inferior, se da como valor final del HCT a la medida de ambos valores.
Si el valor final de HCT es superior a 50, se repite la determinación, pero alargando la centrifugación a 10 minutos

INTERPRETACIÓN CLÍNICA DE LOS RESULTADOS OBTENIDOS

 Un valor bajo del HCT suele ser signo del padecimiento de una anemia.
Paradójicamente, el HCT suele ser normal en la fase más temprana de las hemorragias agudas, pues en éstas se pierden células y plasma en la misma proporción.
Un valor alto del HCT suele ser signo del padecimiento de una poliglobulina. Sin embargo, también hay engañosos ascensos del HCT producidos por hemoconcentración.

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